9 octubre, 2024
Información general

Los ammonites: un vistazo a las criaturas del pasado

Descubriendo los fascinantes ammonites

Si alguna vez te encontraste con una roca que tiene una espiral en su interior, es probable que hayas encontrado un ammonite fosilizado. Estos extraños y fascinantes animales son cefalópodos extintos que se asemejan a los actuales calamares y nautilos. Poseían conchas externas en forma de espiral, que servían como protección y les permitían flotar y nadar en los mares prehistóricos.
El origen de su nombre se refiere a la similitud de estos invertebrados con la forma del “Cuerno de Ammon”. Éste era un dios egipcio que era representado por un hombre con cuernos de carnero en su cabeza.

Ammon, con sus característicos cuernos


Además de ser encontrados en su forma física, estos fósiles también pueden haber dejado su marca en la roca. El sedimento que envuelve a los restos fósiles tiene la capacidad de preservar una réplica en negativo del organismo, conocida como molde. Si esa réplica se conserva en dos dimensiones, se le denomina impronta.

Impronta perfectamente marcada de un ammonite fósil

Origen y evolución: Un viaje al pasado profundo

Los ammonites aparecieron en los océanos hace unos 400 millones de años, durante el periodo Devónico. A lo largo de millones de años, estos moluscos marinos experimentaron una increíble diversificación y evolución, desarrollando una gran variedad de formas, tamaños y patrones en sus conchas.
La formación de los ammonites está estrechamente ligada a la evolución de los océanos y a los cambios en el medio ambiente. Se cree que la diversificación y extinción de estas criaturas se relaciona con eventos geológicos importantes, como las extinciones masivas que ocurrieron en el pasado.

Formación de los fósiles: Un legado preservado en piedra

Los ammonites, al igual que otros organismos marinos, se fosilizaron a lo largo de millones de años. Cuando estos animales morían, sus conchas caían al fondo del océano y se acumulaban con otros sedimentos. Con el tiempo, la presión y la mineralización transformaron estos restos en rocas fosilizadas, que conservan la estructura y los detalles de los ammonites.
En la región de Mendoza, en el oeste de Argentina, los ammonites fosilizados se encuentran en diferentes formaciones geológicas, como la Formación Neuquén y la Formación Vaca Muerta. Estos fósiles proporcionan valiosa información sobre la historia geológica de la zona y son una ventana al pasado marino de la región.

Testigos del paso de los dinosaurios

Los ammonites compartieron el planeta con los dinosaurios. Estos seres fueron una clase de moluscos cefalópodos que vivieron en los océanos durante la era Mesozoica, que abarcó desde hace aproximadamente 252 millones de años hasta hace 66 millones de años. Durante gran parte de la era Mesozoica, los dinosaurios también estuvieron presentes y fueron los animales terrestres dominantes.
Los ammonites aparecieron por primera vez en el registro fósil hace unos 416 millones de años y prosperaron durante casi toda la era Mesozoica. Al igual que otros cefalópodos, como los calamares y los pulpos actuales, los ammonites tenían conchas externas y muchas especies exhibían una variedad de formas y patrones ornamentados en sus conchas.
Sin embargo, al final del período Cretácico, hace aproximadamente 66 millones de años, tanto los ammonites como los dinosaurios se extinguieron en un evento de extinción masiva conocido como el evento de extinción del Cretácico-Paleógeno. Esta extinción marcó el fin de la era de los dinosaurios y también llevó a la desaparición de los ammonites, junto con muchas otras formas de vida en la Tierra.

Los ammonites de Mendoza: Una reliquia del pasado

Mendoza es reconocida por su rica diversidad geológica y paleontológica, y los ammonites son una parte integral de este patrimonio. Los fósiles de ammonites encontrados en la provincia representan diferentes especies y periodos de tiempo, lo que brinda a los científicos una oportunidad única para estudiar la evolución y la paleogeografía de la región.
Además de su importancia científica, los ammonites de Mendoza también son un atractivo para los amantes de los fósiles y los curiosos que desean explorar el pasado de la Tierra. Museos y centros de investigación en la región exhiben estos fósiles, brindando a los visitantes una visión fascinante de la historia natural de la provincia.
Los ammonites son criaturas que habitaron el fondo marino, entonces, ¿cómo es que sus restos son hallados en medio de la cordillera de los Andes? Es porque antes de transformarse en el macizo montañoso, la zona cordillerana actual estaba bajo el mar, luego los movimientos tectónicos hicieron que la tierra se “comprimiera“, creando de esta manera las montañas que se ven hoy en día y dejando a la intemperie el lecho marino. De hecho, cuando pisamos la zona de la cordillera de los Andes estamos pisando sobre lo que en la era jurásica era el fondo del mar. 
Estos fósiles son una parte importante del patrimonio paleontológico de la provincia y brindan una ventana al pasado marino de la región. Además de su valor científico, los ammonites de Mendoza son un atractivo para los entusiastas de los fósiles y aquellos interesados en explorar la historia de la Tierra. En la última imagen de la siguiente galería puede verse uno de los ejemplares de ammonite más grandes del país, encontrado en la zona de Bardas Blancas, departamento de Malargüe, provincia de Mendoza.

En resumen, los ammonites son criaturas marinas extintas que se asemejan a los calamares y nautilos actuales. Su origen se remonta a hace unos 400 millones de años, y su evolución está estrechamente relacionada con los cambios en los océanos y el medio ambiente. Los fósiles de ammonites se formaron a lo largo de millones de años, conservando su estructura y detalles en rocas fosilizadas. Explorar los fósiles de ammonites en Mendoza es como dar un vistazo a un mundo antiguo y perdido, donde estas misteriosas criaturas marinas gobernaban los mares. Su legado fósil nos permite comprender mejor la evolución de la vida en nuestro planeta y apreciar la belleza y diversidad que existió mucho antes de nuestra llegada.

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