Bombardean el Mar Argentino
Otorgaron permiso para ejecutar dichas prácticas a más de un millón de kilómetros cuadrados del Mar Argentino hasta el 2025. La intensidad del sonido es comparable a las bombas de Hiroshima o Nagasaki. Toda la biodiversidad marina, en especial los mamíferos como ballenas y delfines, es afectada.
A costa del maltrato de la naturaleza, el gobierno argentino desde 2017 primero y ampliado en 2019 se autorizó al bombardeo sísmico en el mar argentino, especialmente en la zona protegidas por la importancia de sus ecosistemas. Greenpeace denuncia la autorización de esta práctica a la empresa noruega TGS realizada sin consulta parlamentaria y a espaldas de la sociedad.
¿Qué significa y para qué sirve realizar esta práctica y cuáles son los costos ecológicos que provocan?
La organización internacional “Oceana”, dedicada exclusivamente a la protección de los mares explica cómo afectan estas prácticas a la fauna marina y cuál es el proceso.
El consumo de petróleo es uno de los principales causantes del cambio climático y de la acidificación de los océanos, dos graves amenazas a las que se enfrenta el mar. La crisis climática del planeta seguirá empeorando a menos que se adopten rápidamente una economía basada en energías renovables.
Los sondeos de adquisición sísmica emplean cañones de aire comprimido para hallar petróleo y gas bajo el suelo marino. Los cañonazos son tan potentes que molestan, hieren o matan a organismos marinos, dañan la pesca comercial y afectan a la economía costera. Estas detonaciones –similares a dinamitazos– se repiten cada diez segundos, 24 horas al día y durante días o semanas, y son 100.000 veces más intensas que el motor de un avión.
Arrastrados por barcos, los cañones de aire comprimido disparan a través del agua cargas de aire comprimido con un alcance de kilómetros dentro del lecho marino, que devuelve información sobre depósitos subterráneos de petróleo y gas. Estas explosiones dañan a mamíferos, tortugas, peces y otras criaturas marinas.
Estas explosiones dañan a mamíferos, tortugas, peces y otras criaturas marinas. Pérdida auditiva, alteraciones en la alimentación, e incluso la muerte son algunas de sus consecuencias.
Entre sus efectos están pérdida auditiva temporal o permanente, abandono del hábitat, alteraciones en alimentación y apareamiento, e incluso varamientos y muertes. Para los delfines y ballenas, que dependen del oído para encontrar alimento, comunicarse y reproducirse, oír es una cuestión de vida o muerte.
Frente a esta práctica violenta para la fauna, primera víctima directa del bombardeo, y las intrínsecas negociaciones realizadas políticamente por los funcionarios, los daños se pueden considerar como éticos y ecológicos, quizás con réditos para unos pocos en el aspecto monetario.
Greenspeace denunció públicamente en su página oficial donde señala: “En el marco del Día Mundial de los Océanos, Greenpeace reveló la falta de transparencia en el otorgamiento de permisos para exploración sísmica a la empresa noruega TGS, a la cual se le entregó más de 1 millón de km2 del Mar Argentino hasta el año 2025. Según la organización ambientalista dicha concesión fue realizada a espaldas de la sociedad, oficializado en su momento por el exministro de energía Juan José Aranguren y renovado por la Secretaría de Energía liderada por Gustavo Lopetegui a finales del año pasado. Entre las áreas habilitadas a TGS se incluyen zonas identificadas como futuras áreas marinas protegidas dada a la importancia de sus ecosistemas. Áreas que son hogar del endémico delfín franciscana, la ballena franca austral, especies de pingüinos, donde se destacan zonas de forrajeo del pingüino de Magallanes, zonas de reproducción de anchoíta, merluza, calamar, entre otras.
Luisina Vueso, coordinadora de la campaña por la protección del Mar Argentino de Greenpeace dijo: “Consideramos preocupante que una empresa cuente con semejante poder para vulnerar la biodiversidad y los ecosistemas del Mar Argentino. Además de que el proceso fue tratado a espaldas de la sociedad argentina, se extendieron permisos para realizar actividades más allá de la duración de la gestión política, pudiendo ser ejecutados con una simple presentación administrativa de una Evaluación de Impacto Ordinaria ante la Secretaría de Energía. De esta forma, dieron carta blanca a la empresa TGS para realizar una de las actividades más dañinas e invasivas como la exploración sísmica, bombardeando prácticamente toda la plataforma continental del Mar Argentino”