Día de los Muertos
Cada cultura celebra según sus tradiciones ancestrales, algunas de las cuales fueron desapareciendo, mientras que otras perduran en algunas familias.
En Sicilia, el primero de noviembre, por ejemplo, se coloca una cesta de mimbre debajo de la cama de los más pequeños del hogar. De esa manera los difuntos pueden visitar a sus seres queridos y dejar regalos a los pequeños. Al día siguiente, todas las cestas son ubicadas en otro espacio de la casa conteniendo juguetes y dulces elaborados con pasta de almendras con formas de frutas. Para agradecer este gesto, los familiares visitan el cementerio para rezar por sus difuntos.
Mientras en Sicilia se rendía tributo a sus muertos con regalos para los niños, en Friuli Venezia Giulia colocan pan, una jarra con agua y una vela encendida, que quedan a disposición de sus muertos que llegarían desde el más allá.
Hace muchos años, las familias más ricas de Massa y Carrara (Toscana) distribuían comida y vino entre los pobres, mientras que los pequeños colgaban en sus cuellos collares de manzanas y castañas hervidas. Algunas de las familias aún conservan esta tradición en la actualidad.
En el Piamonte, el rito es colocar sillas de más alrededor de la mesa mientras aguardan a sus seres queridos fallecidos. En la región de Trentino Alto-Adigio, las campanas suenan para llamar a las almas, mientras que en las casas cubren la mesa con abundante comida que queda a disposición de sus difuntos.
Colocar zapatos en las tumbas de los niños el primero de noviembre fue tradición en la región de Monte Argentario. El concepto que tenían para colocar esos elementos era porque se pensaba que los pequeños regresarían al mundo de los vivos. En la misma zona en una época se cosían enormes bolsas en la ropa de los huérfanos, así la gente podía ofrecer comida y dinero.
Algunas costumbres perduran, otras desaparecieron pero quedaron en la memoria de los habitantes más antiguos que transmiten de boca en boca a las nuevas generaciones.