🏛 La Casa de Santa Coloma: Un Legado Histórico en Quilmes
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En el corazón de Bernal, partido de Quilmes, se alza un monumento con una rica historia y un incalculable valor arquitectónico: la Casa de Santa Coloma. Ubicada en General Roca 833, esta imponente construcción no es solo una edificación antigua, sino un testimonio viviente del pasado colonial argentino, declarado Monumento Histórico Nacional el 10 de diciembre de 1945 y provincial en 1992.
Un Vistazo a su Esplendor Colonial
La historia de la Casa de Santa Coloma se remonta a 1805, cuando Juan Antonio de Santa Coloma y Solla adquirió la propiedad. Entre 1805 y 1806, con la labor de cien personas esclavizadas, se levantó esta majestuosa casa. Diseñada en un estilo colonial que aún hoy asombra, la residencia original contaba con diecisiete habitaciones, incluyendo dormitorios, un comedor y un salón de recepción, además de una capilla, garaje, depósito de forraje, establos y un horno de pan.

La autenticidad de su construcción se revela en cada detalle: puertas y ventanas de madera de algarrobo, vigas de urunday y pisos de baldosas que evocan una época pasada. Particularmente notable es su galería este, que aún conserva las vistas hacia el río, un rasgo distintivo de la arquitectura de la época. En 1978, la propiedad pasó a la jurisdicción del obispado de Quilmes, y la Capilla María Auxiliadora, inaugurada en 1941, se encuentra anexa a la casa, formando parte integral del predio. Los jardines que la rodean, adornados con pinos y eucaliptos, juegos infantiles y una cancha de bochas, invitan a la contemplación y al disfrute de su entorno histórico.

Ecos del Pasado: Batallas y Donaciones
La Casa de Santa Coloma no solo fue un hogar, sino también un escenario de eventos cruciales en la historia argentina. Durante la Segunda Invasión Inglesa, el 1 de julio de 1807, el Mayor General Gower, segundo al mando de Whitelocke, se hospedó en ella antes de movilizar a sus tropas. Este episodio subraya su relevancia en momentos clave de la conformación de nuestra nación.
A lo largo de los años, la casa pasó por diferentes manos hasta que las hijas de su última propietaria, Gerónima Lezica de Crámer, la donaron a la Congregación de Hijas de María Auxiliadora de Bernal, asegurando así su preservación, aunque no sin desafíos.















Un Presente que Clama por su Futuro
A pesar de su invaluable legado, la Casa de Santa Coloma ha enfrentado períodos de abandono y negligencia por parte de sus dueños y las autoridades gubernamentales. Sin embargo, también ha habido esfuerzos significativos para su restauración. La primera intervención se realizó en 1947, seguida de nuevas refacciones en 1983, todas ellas con el objetivo de preservar la construcción original y devolverle su antiguo esplendor. La importancia de la casa es tal que algunos de sus elementos, como una bala de cañón, una reja y una hoja de ventana, se exhiben en el Museo Histórico Regional Almirante Brown de Bernal, como piezas de un rompecabezas que cuentan la historia de la región.
La Casa de Santa Coloma es un tesoro de Quilmes que nos conecta con nuestro pasado. Su preservación es fundamental para que las futuras generaciones puedan apreciar y aprender de este pedazo tangible de la historia argentina.