31 mayo, 2025
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Conocimiento y solidaridad

Dr. Raúl H. Andrés, un linqueño es  parte de una proeza médica

Transcurrieron más de seis décadas de aquel 9 de enero de 1959,  jornada donde la medicina argentina escribía en sus páginas una cirugía con un corazón artificial que se realizaba por primera vez y con éxito.

El diario La Nación publicó con detalle la hazaña donde se destacaba el trabajo de un equipo de profesionales argentinos que  fusionó sus conocimientos para salvar la vida de una niña de catorce años. Para los linqueños, significó un orgullo importante para la comunidad dado que uno de sus hijos fue parte importante de  aquella gesta médica. El Dr. Raúl H. Andrés, cirujano conformó el grupo humano.

La cirugía consistió en la utilización de un corazón – pulmón artificial que se utilizó mediante la circulación extracorpórea. Asimismo, se destaca que todos los aparatos utilizados también habían sido construidos en nuestro país.

El periódico detalla entre sus líneas: “Es verdad que esta corrección del orificio interauricular ha sido operada anteriormente en nuestros medios mediante la hipotermia, es decir reduciendo la temperatura del paciente, lo cual con ella el cirujano solamente disponía de un tiempo limitado, alrededor de siete minutos. La brevedad de ese tiempo ha sido obviada ahora con la utilización del corazón – pulmón artificial, que permite realizar las distintas maniobras de acuerdo con las necesidades del arco quirúrgico”

Al conocimiento se le sumó la solidaridad, en el Instituto Argentino de Diagnóstico cuyas autoridades ofrecieron una desinteresada  colaboración para la paciente Paula Rivas, cuya lesión cardiaca fue estudiada y diagnosticada por los doctores Vicente Urdapilleta y Carlos Copello en el Instituto Regional  de Cardiología con la colaboraron de  los doctores  José M. Vayo y Pedro H. Blanse. Luego de numerosos estudios radiológicos, encefalográficos y sondeos cardíacos lograron llegar al diagnóstico final.

Así, se llegó al 9 de enero cuando pocos minutos después de las siete de la mañana en el quirófano del instituto los doctores Gerónimo N. Guastavino a cuyo cargo  estuvo la intervención, y los integrantes del equipo, Dres. Raúl H. Andrés, Carlos Donadel, Jorge Quinternos, Jaime Wikinski, además de un grupo de estudiantes comenzaba la intervención. Horas después el éxito había coronado su trabajo y la niña iniciaba una nueva vida.

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