28 julio, 2025
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Un Libertador en Roma: Tras los Pasos de San Martín en el Grand Hotel de la Minerva

En el corazón de la Ciudad Eterna, donde la historia se entrelaza con el lujo atemporal, se erige el Grand Hotel de la Minerva. Este emblemático establecimiento, testigo de innumerables acontecimientos a lo largo de los siglos, tiene el honor de haber hospedado entre sus muros a una figura legendaria de la historia americana: el General argentino Don José de San Martín. En febrero de 1846, el Libertador de Argentina, Chile y Perú encontró refugio en este palacio romano, dejando una huella imborrable en su rica historia. Su estancia no solo resalta la importancia del hotel como punto de encuentro para personalidades destacadas, sino que también subraya los lazos históricos que unen a Argentina e Italia.

Ubicación Privilegiada en el Corazón de Roma: Un Epicentro de Historia y Cultura

El Grand Hotel de la Minerva se encuentra en la prestigiosa Piazza della Minerva 69, en pleno centro de Roma, región de Lazio, Italia, con el código postal 00187 . Su ubicación es inmejorable, situándose en el área del Panteón . Esta privilegiada localización lo convierte en un punto de partida ideal para explorar los tesoros históricos y culturales que ofrece la capital italiana. A tan solo 140 metros se alza el majestuoso Panteón , un antiguo templo romano convertido en iglesia, cuya imponente arquitectura sigue asombrando a visitantes de todo el mundo. La vibrante Piazza Navona se encuentra a una corta distancia de 410 metros , conocida por sus fuentes barrocas y su animado ambiente. La icónica Fontana de Trevi, con su espectacular diseño, está a solo 580 metros del hotel .  

Además de estos emblemáticos monumentos, el hotel se halla a poca distancia a pie de otros lugares de interés como la Basílica de Santa Maria sopra Minerva , que da nombre a la plaza y al propio hotel. La escalinata de la Plaza de España también se encuentra a un cómodo paseo . El hecho de que descripciones actuales del hotel continuamente enfaticen su cercanía a estos puntos de referencia sugiere que esta ha sido una característica valiosa a lo largo de su historia, probablemente también en 1846. Para una persona que deseaba experimentar el corazón histórico y cultural de Roma, como seguramente era el caso de San Martín, hospedarse en un lugar tan céntrico habría ofrecido una gran comodidad. La concentración de sitios históricos y culturales importantes en esta área ya era un hecho consolidado a mediados del siglo XIX, lo que habría facilitado la exploración de la ciudad a un viajero con intereses históricos.  

Un Palacio con Historia: Desde el Siglo XVII hasta Hoy

El edificio que alberga el Grand Hotel de la Minerva tiene sus raíces en el año 1620, cuando fue construido como residencia para la familia Fonseca, una distinguida casa noble de origen portugués . Con el paso del tiempo, este palacio aristocrático se transformó en un hotel a finales del siglo XVIII o principios del XIX, alrededor de 1810 o 1811, gracias a la visión de un hotelero francés llamado Joseph Sauve o la acaudalada familia francesa Sauve . Inicialmente, en la década de 1830, se le conoció como Palazzo Conti, tras la adquisición por parte de un nuevo propietario, Giuseppe Conti . Posteriormente, después de la Unificación Italiana en 1871, fue renombrado como Hôtel Minerva-Cavour e Francia . En el siglo XX, tuvo un breve período como Crowne Plaza Minerva antes de adoptar su denominación actual, Grand Hôtel de La Minerve .  

A lo largo de su ilustre historia, el hotel ha acogido a una pléyade de huéspedes notables. Entre ellos se encuentra el escritor francés Stendhal, quien se hospedó entre 1834 y 1836 y concibió importantes obras literarias en sus habitaciones. El Papa Pío IX también figura entre sus visitantes ilustres , al igual que el renombrado autor Herman Melville , la escritora George Sand, quien pasó tiempo allí en 1855, y el dramaturgo Vittorio Alfieri. Incluso antes, durante la Revolución Francesa de 1789, la Princesa Massimo buscó refugio en este palacio, temiendo la propagación de la violencia. Ya en el siglo XX, el artista Pablo Picasso también se contó entre sus huéspedes .  

En cuanto a su arquitectura, en 1891 se añadió un exquisito Jardín de Invierno con un techo de cristal de estilo Liberty, que hoy en día constituye el elegante salón del hotel . El hotel también alberga una impresionante estatua de mármol de la diosa Minerva, obra del escultor Rinaldo Rinaldi. La transformación del palacio en hotel a principios del siglo XIX coincidió con un aumento significativo de los viajes y el auge de los grandes hoteles destinados a una clientela exigente. Esto sugiere que, para 1846, el hotel ya habría establecido su reputación como un establecimiento de renombre. La presencia de huéspedes ilustres antes y alrededor de 1846, como Stendhal, indica que el hotel ya gozaba de prestigio y atraía a figuras prominentes, lo que habría sido un factor importante para alguien como San Martín en busca de un alojamiento cómodo y respetable. Los cambios de nombre a lo largo del tiempo reflejan las transformaciones históricas y políticas en Roma, desde la era napoleónica hasta la Unificación Italiana. La denominación “Hôtel Minerva-Cavour e Francia” particularmente subraya la conexión del hotel con figuras clave de la unificación italiana, lo que denota un creciente sentimiento de identidad nacional después de 1871.  

Febrero de 1846: San Martín en la Ciudad Eterna

Una placa conmemorativa ubicada en el Grand Hotel de la Minerva confirma la estancia del General Don José de San Martín en febrero de 1846. La inscripción reza: “Aquí se alojó en febrero 1846 el General Argentino Don José de San Martín. Libertador de la Argentina, Chile y Perú“. San Martín llegó a Roma el 27 de diciembre de 1845, después de viajar desde Nápoles. Lo acompañaba su ayuda de cámara. Durante su estadía, se unió a ellos Gervasio Antonio de Posadas, nieto de un antiguo Director Supremo. La existencia de esta placa permanente subraya la trascendencia histórica de la visita de San Martín tanto para el hotel como para la nación argentina, lo que denota un reconocimiento duradero de este acontecimiento.  

Tras los Muros de la Minerva: Los Motivos de un Libertador

En 1846, José de San Martín tenía 67 años y su salud era delicada. Había viajado a Italia desde Francia en busca de un clima más benigno para su salud. Previamente, había experimentado convulsiones en Nápoles. Roma fue elegida específicamente por su clima, considerado más favorable para su condición. Es probable que el Grand Hotel de la Minerva fuera seleccionado debido a su reputación como un establecimiento de lujo que ya había hospedado a otras personalidades prominentes, como se mencionó anteriormente. Su ubicación central también habría permitido a San Martín disfrutar de la ciudad a su propio ritmo, a pesar de sus limitaciones de salud. El viaje de San Martín a Italia estuvo motivado principalmente por problemas de salud, lo que hizo que la elección de un hotel confortable y de buena reputación como el Minerva fuera crucial para su bienestar durante su estancia en Roma. Además, el hecho de que San Martín se encontrara en el exilio en ese momento, tras su regreso a Europa después de sus campañas en América del Sur, probablemente influyó en su elección de alojamiento. Habría buscado un lugar que ofreciera un cierto grado de privacidad y comodidad lejos de las presiones políticas.  

La Minerva en el Siglo XIX: Un Hotel de Prestigio

En 1855, el Hotel de la Minerve era descrito como uno de los grandes e imponentes hoteles de Roma. Ya había sido convertido de un antiguo palacio en 1810. A mediados del siglo XIX, Roma ofrecía numerosas posadas pequeñas y un número creciente de grandes hoteles que atendían a los viajeros. Existían hoteles de lujo en Roma durante la década de 1840, como el Hotel d’Inghilterra, que abrió sus puertas en 1845. Esto sugiere que el Minerva formaba parte de una tendencia creciente de alojamientos de alta categoría. El Grand Hotel de la Minerva era conocido por hospedar a miembros de familias reales europeas, eminentes eclesiásticos, intelectuales, políticos y artistas de renombre internacional. En 1891, contaba con un elegante salón (anteriormente un jardín de invierno) con un techo de cristal de estilo Liberty y una estatua de mármol de Minerva. Si bien esto ocurrió después de 1846, indica un compromiso con la elegancia y la grandeza en el diseño y el ambiente del hotel. La descripción del Minerva como un “grande e imponente hotel” y su reputación por acoger a figuras prominentes a mediados del siglo XIX confirman su estatus como un establecimiento de prestigio en 1846, lo que lo convirtió en una elección adecuada para un general distinguido como San Martín. La presencia de otros hoteles de lujo en Roma durante la década de 1840 muestra a las claras un mercado competitivo para los alojamientos de alta categoría. El éxito continuo y la reputación del Minerva se deben a que probablemente ofrecía altos estándares de servicio y comodidades comparables a sus contemporáneos.  

Un Respiro en Roma: Anécdotas de la Estancia de San Martín

Una noche de febrero de 1846, San Martín sufrió un ataque epiléptico en el hotel y fue encontrado inconsciente por su ayuda de cámara y Posadas . Posadas administró remedios del equipaje de San Martín y logró reanimarlo. San Martín previamente había dado instrucciones a Posadas sobre cómo actuar en caso de problemas de salud. Este incidente se describe como el momento en que San Martín casi muere en Roma. Esta dramática anécdota ofrece una visión personal y vulnerable de la vida de San Martín durante su estancia, destacando su delicada salud y el cuidado que recibió en el hotel. El hecho de que San Martín hubiera preparado a Posadas para posibles crisis de salud sugiere que era consciente de su frágil condición y tomó precauciones, lo que indica un nivel de previsión y responsabilidad incluso en su vida personal.  

Más Allá del Hotel: Las Actividades de San Martín en Roma

San Martín llegó a Roma el 27 de diciembre de 1845. Estaba interesado en adquirir un busto de Napoleón. Después del incidente en el hotel, continuó su viaje por Italia, visitando Pisa y Florencia. Su visita a Roma formaba parte de una gira europea tras un intento fallido de regresar a Buenos Aires. El interés de San Martín por Napoleón sugiere su continua conexión con la historia política y militar, incluso en su retiro y exilio. El hecho de que Roma fuera solo una parada en su recorrido por Italia indica que San Martín, a pesar de sus problemas de salud, aún buscaba experimentar y apreciar la riqueza cultural del país.  

Un Legado Compartido entre Argentina e Italia

El Grand Hotel de la Minerva se erige como un testigo silencioso de un momento significativo en la vida de José de San Martín. Su estancia en 1846 no solo subraya la importancia del hotel como un lugar de encuentro para figuras históricas, sino que también pone de manifiesto la duradera conexión entre Argentina e Italia. Este episodio añade una capa más a la rica historia tanto del hotel como del legado del “Libertador”. El Grand Hotel de la Minerva permanece como un testimonio de la interconexión de la historia global y de las historias personales que la moldean.

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